Guatemala tiene una extensión territorial de 108,889 kilómetros cuadrados, 22 departamentos vinculados al gobierno local y 333 municipios. Es el país más grande de Centroamérica, con el 60% de su territorio compuesto por áreas rurales. Según estudios del Instituto Nacional de Estadística, se estima que la población es de más de 17,000,000 de habitantes, de los cuales el 41% representa a la población indígena.
La población de Guatemala está distribuida aproximadamente a la mitad entre áreas urbanas y rurales, con grandes disparidades en el desarrollo económico, el acceso a servicios esenciales y bajos indicadores de salud.
En Guatemala, el 59% de la población vive por debajo del nivel de pobreza, y el 40% vive en pobreza extrema, concentrándose principalmente en áreas rurales, donde se encuentra la mayor parte de la población indígena. El Índice de Desarrollo Humano de Guatemala es 0.62, ocupando el puesto 128 a nivel mundial y el penúltimo en la región, después de Haití y Honduras. El salario mínimo promedio en áreas urbanas es de Q 2,893.21 (US$370) al mes y en áreas rurales es de Q 2,667.52 (US$341) al mes. Las personas que viven en pobreza y pobreza extrema trabajan como jornaleros independientes y ganan un ingreso promedio de $30.00 a $60.00 al mes, mucho menos de $5 al día.
El sistema de salud guatemalteco presenta altos niveles de fragmentación entre sus diversas instituciones públicas de salud. Está colapsado y erosionado por la corrupción, lo que resulta en una pobre cobertura, falta de medicamentos, infraestructura inadecuada y escasez de recursos humanos —solo hay 11 médicos por cada 10 millones de habitantes. Con ingresos gubernamentales centrales limitados, hay poca inversión pública, lo que restringe la calidad y cobertura de los servicios públicos. Esto, a su vez, mantiene al sistema de salud en un estado constante de crisis, donde los más pobres son los más afectados.
En contraste, el sistema de salud privado opera de manera independiente, con una regulación mínima, y es económicamente inaccesible para la mayoría de la población. Como resultado, Guatemala tiene la tasa de mortalidad infantil más alta de Centroamérica. En menores de cinco años, la tasa de mortalidad es del 31%. En ese mismo grupo etario, el 48% de los niños sufre de desnutrición crónica, lo que posiciona a Guatemala como el cuarto país con mayor tasa de desnutrición crónica a nivel global y el primero en América Latina.
La cobertura privada es inferior al 5% y está compuesta por varios proveedores: tanto con fines de lucro como sin fines de lucro, incluidos ONGs, organizaciones religiosas e instituciones de medicina tradicional y alternativa. En Guatemala, la esperanza de vida al nacer es de 76 años para las mujeres y 69 años para los hombres.
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